Thursday, December 04, 2025

Terug naar Chili (7) - Don Soto

Bij onze recente terugkeer naar Chili bezochten we verschillende oude vrienden (ouder dan ik): een van 97 jaar oud, een ander van 97, een vriend van een vriendin, maar hij is ook een man die ik jaren eerder had ontmoet, een 107-jarige vrouw, die een vriendin is van dezelfde vriendin, die zij Inecita noemt, maar die eigenlijk Inés heet, en onze vriendin wordt liever Mimi genoemd dan Noemi, wat haar officiële naam is. We ontmoetten veel ouderen die nog in goede conditie zijn, en dat vertel ik graag als mijn vrienden en kennissen in Nederland me vragen hoe mijn reis naar Chili was. Mijn vrienden en kennissen lachen als ik ze vertel over de 97 en 107 jaar. En voor mij is het ook een grappig, vrolijk en inspirerend verhaal: in principe kan ik 30 jaar ouder worden... (maar ik denk niet dat ik ooit 107 word).

Een oude man die we niet zagen, was Don Soto. Hij is overleden. Tijdens een eerdere reis, in 1992-1993, zag ik hem voor het laatst. Ik vertel er hieronder meer over.

24 de noviembre 2017

"Si Moisés no visita al monte, el monte visita a Moisés"

Don Soto y Aafke en 1973 y Don Soto y su mujer en 1993.
Pronto se marchará un amigo que nos ha visitado cada semana durante más de siete anos. Dejará un hueco.

Creo que nunca volverá a visitarnos, lo que me hace triste. El único remedio será visitarle a él. Así haré o haremos, mi compañera y yo, algo que un otro amigo hizo hace 24 años cuando viviamos seis semanas en Chile para escribir el libro "Reencuentro con Chile después de 20 años" (Weerzien met Chili).

El amigo chileno que vino a visitarnos en 1993 en la Casa de los Ejercicios en Temuco fue Don Soto. Así lo llamamos, mis compañeros campesinos, cuando viví y trabajé desde el 31 de enero al 15 de marzo de 1973 en el Centro de Reforma Agraria "Los Prados de Mendoza", cerca de Vilcún y cerca del Río Quepe.

Cuando mi compañera y yo volvimos en 1993 a Vilcún y al Río Quepe para buscar a los amigos campesinos con quienes habíamos compartido la vida, me costó encontrar a Don Soto. Nadie sabía donde vivía, sólo podían decirme que todavía estaba vivo, hasta que logré hablar con una monja en Vilcún que me contó que vivía cerca de Cherquenco.

Viajé a Cherquenco, que queda más cerca de la Cordillera de los Andes que Vilcún. Ahí alguién me contó donde, más o menos, tenía que vivir Don Soto. Caminando más de una hora por senderos de montañas salvajes, gritando de vez en cuando su nombre, llegué a un lugar que se parecía a lo que alguien en Cherquenco me había descrito. Ahora grité varias veces lo más fuerte que pude: "Don Soto Alvarao!!" (su segundo apellido es Alvarado) De repente alguien me contestó y supe que era él. Tengo buena memoria para reconocer la voz de alguien.

Para terminar la historia sobre mi reunión con Don Soto, sobre el cual os podría contarles horas, digo solamente que unos días después Don Soto vino a visitar a mi mujer y mí en esa Casa de Ejercicios (casa de monjas) en Temuco, junto con su mujer. Ambos estaban bien vestidos como si estuvieran visitando el Pápa. Entrando la sala donde mi mujer y yo nos encontramos él dijo con voz clara: "Si Moisés no visita al monte, el monte visita a Moisés".

Mi amigo que se marchará pronto, volverá a su patria en América Latina. Como ya dije, temo que la única forma para volver a verlo será que yo viajara adonde él va a vivir nuevamente. Su pueblo se llama Santo Domingo de los Colorados.

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